Mi práctica clínica se basa en un profundo respeto por la singularidad de cada persona. Trabajo desde un compromiso ético de escucha sin prejuicios, sosteniendo la confidencialidad, la autonomía y la dignidad de quienes consultan.

Considero fundamental ofrecer un espacio terapéutico seguro y libre de estigmas para todas las identidades y expresiones de género, orientaciones sexuales, formas de relación y trayectorias de vida. Mi ética profesional está atravesada por una perspectiva de derechos humanos, de género y de diversidad, y rechaza cualquier forma de discriminación o patologización de las diferencias.

Acompaño los procesos terapéuticos con sensibilidad y responsabilidad, respetando los tiempos de cada quien y promoviendo el fortalecimiento de su propia agencia y deseo.

Me actualizo de manera continua en temas de salud mental, diversidad, derechos sexuales y reproductivos, y nuevas perspectivas clínicas para ofrecer una práctica ética, actualizada y comprometida con el bienestar de quienes acompaño.